El análisis detallado de asoleamiento y vientos dominantes es esencial para determinar la ubicación óptima de elementos en nuestro proyecto, como la correcta colocación de ventanas y la distribución de espacios para lograr un ambiente cómodo en términos climáticos.
El estudio de migración nos ayuda a comprender la composición de la población que no es originaria de la ciudad, permitiéndonos incluir de manera más efectiva a toda la comunidad en nuestro proyecto. Podemos considerar la inclusión de elementos que reflejen la internacionalidad de Tijuana para promover un sentido de pertenencia.
La sociología nos brinda información sobre los puntos de alta interacción en la comunidad, lo que puede influir en la ubicación y diseño de nuestro espacio. También nos ayuda a identificar la posible procedencia de las personas que visitarán nuestro proyecto.
La globalización y la disponibilidad de servicios en la zona son factores clave para determinar la viabilidad de nuestro proyecto en ese lugar.
El conocimiento de la edad predominante de la población cercana a nuestros predios influye en la definición de nuestro público objetivo.
El aspecto cultural y recreativo se basa en identificar qué espacios ya están disponibles en la zona y qué podemos ofrecer de manera complementaria. Dado que la zona cuenta con una cobertura adecuada de espacios culturales, se podría optar por un enfoque más recreativo-cultural.
La educación en la zona está relacionada con el interés por espacios culturales. Dado el alto nivel de educación, es probable que haya un interés significativo en actividades culturales.
La alta cantidad de personas con discapacidad en los alrededores destaca la necesidad de crear un proyecto accesible para todos, incluyendo aceras, rampas y otras instalaciones adecuadas.
El análisis de los usos del suelo en la zona es esencial para determinar la viabilidad de un parque en los predios, y parece ser compatible según la investigación.
Al culminar este análisis exhaustivo, emerge una conclusión de gran relevancia: la imperante necesidad de forjar un espacio que funcione como un puente cultural y recreativo entre dos zonas previamente disociadas. La separación actual no ha hecho sino fragmentar una comunidad que podría florecer unida. En esta coyuntura, la propuesta de establecer un parque se erige como la opción más acertada.
Este parque, cuidadosamente diseñado, se convertiría en un punto de encuentro inclusivo donde todas las personas pueden sentirse parte de un todo más grande. No solo sería un lugar de esparcimiento, sino también un epicentro de identidad y pertenencia comunitaria. Esta idea va más allá de la mera recreación; es un proyecto destinado a reconciliar, conectar y fortalecer los lazos entre los habitantes de estas dos zonas.
Además, la visión de tejer una red verde a través del espacio urbano, utilizando la vegetación como un conducto visual y físico, tiene el potencial de transformar la percepción de la ciudad. Este corredor verde no solo sería estéticamente atractivo, sino que también actuaría como un recordatorio constante de la riqueza cultural y artística que Tijuana tiene para ofrecer.
En última instancia, esta propuesta no solo beneficia a los residentes locales, sino que también atraerá a visitantes y fomentará la interacción entre diversas comunidades. Se trata de un enfoque holístico que abraza la diversidad y crea un espacio donde todos se sienten bienvenidos y valorados.
En resumen, la conclusión es clara: la creación de un parque interconectado por vegetación no solo unifica dos zonas disociadas, sino que también nutre el sentido de pertenencia, promueve la cultura y la recreación, y construye un tejido social más fuerte y unido en Tijuana.
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